miércoles, 15 de marzo de 2017

CONSEJOS NUTRICIONALES PARA NIÑOS CON TDAH

Consejos nutricionales
para niñ@s con TDAH
En los últimos años está aumentando de forma muy preocupante, sobre todo en los países desarrollados, la malnutrición infanto-juvenil, como consecuencia de dietas poco equilibradas, donde abundan los excesos de azucares y grasas y un déficit de vitaminas y minerales (verduras, pescado, carne), además de un estilo de vida sedentario en nuestros niños y adolescentes.

El papel de la alimentación es dotar al organismo de la energía suficiente, aportando los nutrientes necesarios para que funcione correctamente. Durante la infancia y adolescencia, épocas criticas de desarrollo físico y mental, los requerimientos nutricionales son más elevados, por lo que es necesario un adecuado control de la alimentación asegurándose de no caer en déficits ni carencias que puedan ser originar alteraciones y/o trastornos de la salud.

Las necesidades nutricionales dependen de la edad, sexo, actividad… Cada una de las diferentes etapas de la vida tiene unos requerimientos nutricionales diferentes, por lo que la dieta debe adaptarse a la edad y al estilo y las exigencias orgánicas y ambientales del individuo.

Para cualquier niño seguir una dieta equilibrada es sinónimo de buen crecimiento y rendimiento, tanto académico como deportivo, además de adquirir hábitos de alimentación saludables. Si el/la niñ@ tiene un diagnóstico de TDAH, hay que prestar especial atención a su alimentación, ya que se suelen olvidar que han de comer e hidratarse correctamente y suelen darse atracones de azúcares. La alimentación es un pilar fundamental en el tratamiento multimodal en el Tdah ya que una adecuada alimentación puede aportar nutrientes esenciales que mejoran el funcionamiento del sistema nervioso repercutiendo positivamente en el rendimiento intelectual y comportamental. Es importante establecer un horario de comidas y pautar un menú variado y equilibrado. Por otra parte, hay que tener en cuenta la disminución del apetito que puede conllevar el tratamiento farmacológico para el TDAH, pudiendo llevar a desequilibrios nutricionales,  por lo que hay que hacer hincapié en el desayuno y cena.

El desayuno aporta a los estudiantes los nutrientes necesarios para comenzar el día con energía para enfrentarse a la alta exigencia diaria física y mental. Es por tanto, la comida más importante del día, ya que la cantidad y calidad del desayuno se relaciona de manera directa con el rendimiento académico del alumno, en el caso del TDAH, con mayor incidencia ya que su gasto energético se produce más rápido de lo habitual produciendo en los mismos la aparición de la fatiga mental con mayor rapidez, favoreciendo su falta de atención y concentración en las tareas escolares exigentes.

Alimentos a evitar en el TDAH

·         Azúcares

Los azúcares refinados (procesados / simples) tienen efecto en la actividad intelectual (son la gasolina del cerebro) pero para que el renidmiento sea óptimo estos seben ser de buena calidad y deben estar ajustados en cantidad. para evitar picos y bajadas de actividad y producción (rendmiento intelectual discontinuo y poco eficiente). Los azúcares y los carbohidratos ingresan al torrente sanguíneo rápidamente. Por lo tanto, producen cambios rápidos en los niveles de azúcar en la sangre. Esto puede hacer que un niño se vuelva más activo. Además de todo esto, produce una gran adicción, nuestro cerebro necesita de los azúcares para realizar gran parte de su trabajo, y lo más fácil es recurrir a la vía más rápida, los azúcares simples: bollerías, tartas, refrescos… cogemos el camino sencillo, el problema es que entramos en esa espiral peligrosa, cuanto más tomamos más necesitamos.



·         Estimulantes (bebidas y alimentos) 

Los estimulantes aumentan el estado de alerta, la atención y la energía, así como la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la respiración. Este efecto beneficioso en situaciones puntuales de mayor requerimiento intelectual o físico, ha dado lugar a un abuso de este tipo de sustancias especialmente entre la población más joven. 
Ejemplos de alimentos y/o bebidas estimulantes serían: cafeína, teína, bebidas energéticas, ginseng, guaran, jalea real, etc. Los estimulantes tomados sin control pueden ocasionar efectos adversos a corto y medio plazo, como nerviosismo, aumento de la hiperactividad, fatiga y ansiedad. En el caso de los afectados por tdah, existe otro riesgo, al combinar estos estimulantes con la medicación psico-estimulante prescrita para el tratamiento del tdah, en estos casos lo mejor es evitar en su totalidad este tipo de alimentos y bebidas estimulantes.


 Alimentos beneficiosos en el TDAH

·         Hidratos de carbono
Si nuestro cerebro necesita azúcares, la forma más saludable de obtenerlos es a través del consumo de hidratos de carbono complejos. Estos deberían suponer un 40-50% de nuestra dieta. La ventaja es que estos azúcares complejos se van liberando poco a poco, lentamente y no tendremos los problemas de los azúcares simples (picos y subidas de azucar repentina con las consecuentes bajadas bruscas de azúcar por segregación de insulina).  
Entre los hidratos complejos encontramos: el arroz integral, la quinoa, el mijo, el trigo sarraceno, el cuscús integral, la avena, el centeno, la espelta…, los panes y pastas realizados con ellos, todo tipo de legumbres, semillas, etc.



·         Ácidos grasos saludables

Los ácidos grasos omega 3 y omega 6 (pescado azul, nueces, almendras, aceites vegetales, semillas de lino, semilla de chía, pipas de calabaza, dátiles, vegetales…) mejoran la circulación sanguínea disminuyendo los riesgos cardiovasculares y aumentando la circulación cerebral. Estos aceites son los que engrasan la maquinaria del sistema nervioso central para que este funcione correctamente. Son especialmnete importantes en las etapas críticas de neurodesarrollo (desarrollo fetal, primeros años de vida y épocas de crecimiento y maduración). 


·         Vitaminas y minerales

El hierro es un mineral que su carencia puede ocasionar problemas atencionales y dificultad en la concentración. Mantener los niveles óptimos de este mineral favorecerá el rendimiento junto a la vitamina C, es importante en la modulación de la dopamina, neurotransmisor capital en el TDAH.

     Otros minerales como el magnesio, el zinc, también tienen una relación directa con el rendimiento intelectual y comportamental. Las vitaminas del grupo "B" (B1, B2, B3, B5 B6, B7, B8, B9 Y B12) son esenciales a la hora de conseguir un estado adecuado del organismo y del funcionamiento del sistema nervioso y evitar los estados de agitación, nerviosismo y ansiedad. 














Con lo que podríamos concluir basándonos en un Estudio de la Universidad de Yale, que los niños con TDAH, en particular los niños hiperactivos, si ingieren un atracón de azúcar experimentan una rápida elevación de adrenalina que causa hiperactividad, por lo que hay que evitar la ingesta de bebidas carbonatadas azucaradas y zumos no naturales y de bollería industrial.

Recomendaciones nutricionales:

·     Enriquecer la dieta en ácidos grasos omega 3 y omega 6, que son muy beneficiosos para el cerebro y tienen que ser tomados externamente ya que el cuerpo no los fabrica. Estos componentes se encuentran en alimentos como las sardinas, el salmón, atún, nueces, calabaza.

·    Introducir alimentos ricos en triptófano, que es un aminoácido precursor de la serotonina, la llamada sustancia química del sueño. Por ejemplo, pollo, leche, nueces o semillas de ajonjolí (sésamo).

·       Tomar alimentos ricos en magnesio, zinc y vitamina B, necesarios para sintetizar la serotonina junto al triptófano. Por ejemplo, paté, higos, mariscos, cereales, carnes rojas, pollo

·         Evitar el uso frecuente de estimulantes como bebidas con cafeína y teína, el chocolate
·         Practicar ejercicio físico de manera frecuente.

·      Hidratarse correctamente. La mejor bebida es el agua, seguida de la leche y los zumos de fruta 100% naturales. Se recomienda  una media de litro y medio o dos litros al día, aumentando su consumo en verano.

·         No se puede obligar a un niño a comer un tipo determinado de comida si los adultos no la comen.

      Hay que acompañar a los niños y hacerles partícipes de todo el proceso, incluyendo la compra y la elaboración.

·    Por último, mantener una dieta equilibrada, dando importancia a un desayuno enriquecido con hidratos de liberación lenta.

Fuente:
Rafaela Torres Herrazo. (Especialista en Nutrición y dietética). Madre de niña con TDH.

FAO. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

domingo, 29 de enero de 2017

Intervención Farmacológica para el TDAH.

FARMACOTERAPIA PARA EL TDAH

Algunas formas leves de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad se pueden controlar a veces con tratamiento no farmacológico. Sin embargo, los expertos  indican que el tratamiento más eficaz para el TDAH es la intervención multimodal, es decir,  la combinación de tratamiento  farmacológico, intervención psicológica, intervención familiar e intervención  escolar. El uso de la medicación es por tanto un pilar más del tratamiento para el TDAH.

Los niños con TDAH tienen un desequilibrio químico de los neurotransmisores Dopamina y Noradrenalina (sustancias químicas del cerebro), lo que ocasiona desajustes en el funcionamiento cerebral. Principalmente, se ve afectado el lóbulo frontal y las áreas prefrontales, afectando a las funciones ejecutivas, lo que provoca  alteraciones en la atención, en el control de impulsos, la inhibición de respuestas y la toma de decisión (Soutullo y Díez, 2007.)

                                        

Existen varios tipos de mediaciones disponibles en la actualidad que ayudan a los niños/as con TDAH. Se trata principalmente de los medicamentos estimulantes como el Metilfenidato (en otros países, existen otros medicamentos como Pemolide y la Dextroanfetamina) y los no estimulantes, como la Atomoxetina y el grupo de los antidepresivos tricíclicos. Los fármacos estimulantes aumentan los niveles de dopamina en el cerebro y la Atomoxetina aumenta  los niveles de noradrenalina.

Es necesario conocer  que la medicación es segura y que los efectos secundarios son pocos y no son graves. Dichos fármacos son prescritos de acuerdo con el criterio del médico y con la aprobación de los padres y de acuerdo a las circunstancias y características de  cada caso, realizando  siempre un estudio médico previo a la administración de los fármacos.
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Fármacos psicoestimulantes

Los medicamentos estimulantes están entre los psicofármacos más seguros y eficaces que tenemos disponibles y con una larga historia de uso en población infantil.
Dentro de los fármacos estimulantes, el Metilfenidato (MPH) es el tratamiento farmacológico de elección para el TDAH (Castells et al., 2004). El metilfenidato es un estimulante que mejora tanto la hiperactividad como la inatención en niños con TDAH. Más de 60 años de experiencia con esta medicación, y más de 150 estudios en diversos países confirman que es  eficaz y segura en el tratamiento del trastorno por hiperactividad.

Fármacos no estimulantes

La Atomoxetina es  el medicamento no derivado anfetamínico de primera elección en pacientes con TDAH en España.  Su efecto positivo  dura todo el día y puede administrarse en una sola toma por la mañana. Entre los beneficios que presenta frente a los tratamientos psicoestimulantes es que no tiene potencial de abuso, puede mejorar la ansiedad y no empeora los tics, así como que su efecto se mantiene constante entre las tomas,, lo cual no supone un descenso del principio al olvido de una toma como en el caso de los estimulantes.
A pesar de ser la Atomoxetina  un medicamento reciente, está muy bien estudiado, y lleva varios años siendo utilizado en muchos países (EE.UU., Gran Bretaña, Alemania, Canadá, Australia?). 

Eficacia del uso de fármacos para el TDAH

El Metilfenidato y la Atomoxetina son los fármacos recomendados en la actualidad para tratar el TDAH en niños y adolescentes por su eficacia y seguridad a las dosis recomendadas (NICE, 2009).

El "Estudio de Tratamiento Multimodal de niños/as con TDAH" (MTA) publicado por el instituto Nacional de Salud mental de EE.UU, mostró que un tratamiento farmacológico adecuado y estandarizado reduce de una forma significativamente mayor la sintomatología nuclear, que un tratamiento psicoterapéutico o la intervención psicosocial. Sin embargo, la combinación de una terapia farmacológica y de intervención psicológica, obtuvo mejores resultados que aquellos niños que sólo fueron tratados con farmacoterapia. Los resultados positivos no sólo se reflejaron en una mejora de la sintomatología sino que también se obtuvo una mejoría significativa en aspectos  relacionados como el trastorno como mejora de la autoestima, la conducta social,  los trastornos asociados (ansiedad, oposicionista desafiante, comportamiento?) y el rendimiento académico (Soutullo y Díez, 2007).  Por tanto, el uso combinado de fármacos y terapia se muestra como la alternativa terapéutica más eficaz para le TDAH.

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Supervisión y seguimiento del tratamiento farmacológico

El tratamiento farmacológico debe iniciarlo y continuar su seguimiento un médico adecuadamente cualificado y experto en el tratamiento del TDAH y sus comorbilidades más frecuentes.

El pediatra y el médico encargado de la medicación deben llevar seguimientos y revisiones periódicas de talla, efectos de la medicación y evaluación del funcionamiento global del niño.

Aunque el metilfenidato suele tolerarse bien, al ser un fármaco estimulante, a veces puede producir algunos efectos secundarios comunes como la disminución del apetito o del sueño, fácilmente reversibles reajustando las dosis. En el caso de la falta de apetito o la alteración en los ritmos de las comidas, especialmente cuando nos encontramos con el caso de que el niño o niña presenta tallas mínimas o por debajo de los índices de normalidad, es necesario revisar el tipo y la dosis de medicación y aplicar medidas específicas como un estudio del estilo de alimentación, uso de complementos vitamínicos, adaptaciones nutricionales, etc.

Supervisión del tratamiento farmacológico en el colegio

Si un alumno está medicado y los profesores del niño/a lo conocen, éstos pueden colaborar observando y registrando si aparecen mejoras o no en el rendimiento académico, en el comportamiento y en las relaciones con sus compañeros. Su información puede ser de gran utilidad para los padres y médico que trata este/a alumno/a a la hora de valorar la efectividad del tratamiento farmacológico o bien la necesidad de ajustar la dosis.

También, desde el centro escolar pueden colaborar en la observación de posibles efectos secundarios tales como, irritabilidad, dolor de cabeza, náuseas, disminución del apetito, etc., y trasladar la información a los padres.

Es importante que cuando el alumno muestre resultados positivos tras la administración del fármaco, el profesor refuerce su buena conducta o buen rendimiento y no lo atribuya al fármaco; como lo haría con frases tipo "se nota que hoy te has acordado de  tomar la pastilla" o "que bien trabajas cuando tomas la pastilla". 

 A veces los niños salen adelante sin medicación, pero quizás tienen demasiados apoyos que les hacen perder autonomía. Esto  puede generar estrés en la familia; ya que los esfuerzos a lo que se ven sometidos son  demasiados. Además, en el colegio se corre el riesgo de que los demás  niños les etiqueten como el "niño diferente".

Es importante destacar que son muchos los niños que se benefician de estos tratamientos farmacológicos y que es necesario en un 80% de los casos, pero siempre  combinados con otras intervenciones tanto psico-educativas como socio-familiares, para mejorar la autonomía del niño, su déficit de atención, hiperactividad e impulsividad.

Bibliografía. 

Aagard L, Hansen EH. The occurrence of adverse drug reactions reported for attention deficit hyperactivity disrder medications in the pediatric population. Neuropsychiatric Diseases Treatment 2011; 7: 729-744.
Allen AJ, et al. Atomoxetine treatment in children and adolescents with ADHD and comorbid tic disorders. Neurology 2005; 65: 1941-1949.
Aparicio R, et al. ¿Es preciso realizer un electrocardiograma en todos los niños con TDAH previo al tratamiento con psicoestimulantes? Revista de Pediatría de Atención Primaria 2011; 13: 629-640.