Consejos nutricionales
para niñ@s con
TDAH
En los últimos
años está aumentando de forma muy preocupante, sobre todo en los países
desarrollados, la malnutrición infanto-juvenil, como consecuencia de dietas
poco equilibradas, donde abundan los excesos de azucares y grasas y un déficit
de vitaminas y minerales (verduras, pescado, carne), además de un estilo de
vida sedentario en nuestros niños y adolescentes.
El papel de la
alimentación es dotar al organismo de la energía suficiente, aportando los
nutrientes necesarios para que funcione correctamente. Durante la infancia y
adolescencia, épocas criticas de desarrollo físico y mental, los requerimientos
nutricionales son más elevados, por lo que es necesario un adecuado control de
la alimentación asegurándose de no caer en déficits ni carencias que puedan ser
originar alteraciones y/o trastornos de la salud.
Las necesidades nutricionales dependen de la edad, sexo,
actividad… Cada una de las diferentes etapas de la vida tiene unos
requerimientos nutricionales diferentes, por lo que la dieta debe adaptarse a la edad y al estilo y las
exigencias orgánicas y ambientales del individuo.
Para
cualquier niño seguir una dieta equilibrada es sinónimo de buen crecimiento y
rendimiento, tanto académico como deportivo, además de adquirir hábitos de
alimentación saludables. Si el/la niñ@ tiene un diagnóstico de TDAH, hay que prestar especial atención a su alimentación, ya que se suelen
olvidar que han de comer e hidratarse correctamente y suelen darse atracones de
azúcares. La alimentación es un pilar fundamental en el tratamiento
multimodal en el Tdah ya que una adecuada alimentación puede aportar nutrientes
esenciales que mejoran el funcionamiento del sistema nervioso repercutiendo
positivamente en el rendimiento intelectual y comportamental. Es importante establecer un horario de
comidas y pautar un menú variado y equilibrado. Por otra parte, hay que tener
en cuenta la disminución del apetito que puede conllevar el tratamiento
farmacológico para el TDAH, pudiendo llevar a desequilibrios nutricionales, por lo que hay que hacer hincapié en el
desayuno y cena.
El desayuno aporta a los estudiantes los nutrientes necesarios
para comenzar el día con energía para enfrentarse a la alta exigencia diaria
física y mental. Es por tanto, la comida más importante del día, ya que la
cantidad y calidad del desayuno se relaciona de manera directa con el rendimiento
académico del alumno, en el caso del TDAH, con mayor incidencia ya que su gasto
energético se produce más rápido de lo habitual produciendo en los mismos la
aparición de la fatiga mental con mayor rapidez, favoreciendo su falta de
atención y concentración en las tareas escolares exigentes.
Alimentos a evitar en
el TDAH
·
Azúcares
Los azúcares
refinados (procesados / simples) tienen efecto en la actividad intelectual (son
la gasolina del cerebro) pero para que el renidmiento sea óptimo estos seben
ser de buena calidad y deben estar ajustados en cantidad. para evitar picos y
bajadas de actividad y producción (rendmiento intelectual discontinuo y
poco eficiente). Los azúcares y los carbohidratos ingresan al torrente
sanguíneo rápidamente. Por lo tanto, producen cambios rápidos en los niveles de
azúcar en la sangre. Esto puede hacer que un niño se vuelva más activo. Además
de todo esto, produce una gran adicción, nuestro cerebro necesita de los
azúcares para realizar gran parte de su trabajo, y lo más fácil es recurrir a
la vía más rápida, los azúcares simples: bollerías, tartas, refrescos… cogemos
el camino sencillo, el problema es que entramos en esa espiral peligrosa,
cuanto más tomamos más necesitamos.
·
Estimulantes (bebidas y alimentos)
Los estimulantes
aumentan el estado de alerta, la atención y la energía, así como la presión
arterial, la frecuencia cardiaca y la respiración. Este efecto beneficioso en
situaciones puntuales de mayor requerimiento intelectual o físico, ha dado
lugar a un abuso de este tipo de sustancias especialmente entre la población
más joven.
Ejemplos de
alimentos y/o bebidas estimulantes serían: cafeína, teína, bebidas energéticas,
ginseng, guaran, jalea real, etc. Los estimulantes tomados sin control pueden
ocasionar efectos adversos a corto y medio plazo, como nerviosismo, aumento de
la hiperactividad, fatiga y ansiedad. En el caso de los afectados por tdah,
existe otro riesgo, al combinar estos estimulantes con la medicación
psico-estimulante prescrita para el tratamiento del tdah, en estos casos lo
mejor es evitar en su totalidad este tipo de alimentos y bebidas estimulantes.
Alimentos beneficiosos en el TDAH
·
Hidratos de carbono
Si nuestro cerebro necesita
azúcares, la forma más saludable de obtenerlos es a través del consumo de
hidratos de carbono complejos. Estos deberían suponer un 40-50% de
nuestra dieta. La ventaja es que estos azúcares complejos se van liberando
poco a poco, lentamente y no tendremos los problemas de los azúcares simples
(picos y subidas de azucar repentina con las consecuentes bajadas bruscas de
azúcar por segregación de insulina).
Entre los hidratos complejos
encontramos: el arroz integral, la quinoa, el mijo, el trigo sarraceno, el
cuscús integral, la avena, el centeno, la espelta…, los panes y pastas
realizados con ellos, todo tipo de legumbres, semillas, etc.
·
Ácidos grasos saludables
Los ácidos
grasos omega 3 y omega 6 (pescado azul, nueces, almendras, aceites
vegetales, semillas de lino, semilla de chía, pipas de calabaza, dátiles,
vegetales…) mejoran la circulación sanguínea disminuyendo los riesgos
cardiovasculares y aumentando la circulación cerebral. Estos aceites son los
que engrasan la maquinaria del sistema nervioso central para que este funcione
correctamente. Son especialmnete importantes en las etapas críticas de
neurodesarrollo (desarrollo fetal, primeros años de vida y épocas de
crecimiento y maduración).
·
Vitaminas y minerales
El hierro es
un mineral que su carencia puede ocasionar problemas atencionales y dificultad
en la concentración. Mantener los niveles óptimos de este mineral favorecerá el
rendimiento junto a la vitamina C, es importante en la modulación de la
dopamina, neurotransmisor capital en el TDAH.
Otros minerales como el magnesio, el zinc, también tienen
una relación directa con el rendimiento intelectual y comportamental. Las
vitaminas del grupo "B" (B1, B2, B3, B5 B6, B7, B8, B9 Y B12) son
esenciales a la hora de conseguir un estado adecuado del organismo y del
funcionamiento del sistema nervioso y evitar los estados de agitación,
nerviosismo y ansiedad.
Con
lo que podríamos concluir basándonos en un Estudio de la Universidad de Yale, que
los niños con TDAH, en particular los niños hiperactivos, si ingieren un
atracón de azúcar experimentan una rápida elevación de adrenalina que causa
hiperactividad, por lo que hay que evitar la ingesta de bebidas
carbonatadas azucaradas y zumos no naturales y
de bollería industrial.
Recomendaciones nutricionales:
· Enriquecer
la dieta en ácidos grasos omega 3
y omega 6, que son muy beneficiosos para el cerebro y tienen
que ser tomados externamente ya que el cuerpo no los fabrica. Estos componentes
se encuentran en alimentos como las sardinas, el salmón, atún, nueces,
calabaza.
· Introducir
alimentos ricos
en triptófano,
que es un aminoácido precursor de la serotonina, la llamada sustancia química
del sueño. Por ejemplo, pollo,
leche, nueces o semillas de ajonjolí (sésamo).
· Tomar
alimentos ricos en magnesio, zinc y vitamina B, necesarios para sintetizar la
serotonina junto al triptófano. Por ejemplo, paté, higos, mariscos, cereales, carnes rojas, pollo…
·
Evitar
el uso frecuente de estimulantes como bebidas con cafeína y teína, el chocolate
·
Practicar ejercicio físico de manera frecuente.
· Hidratarse correctamente. La mejor bebida es
el agua, seguida de la leche y los zumos de fruta 100% naturales. Se recomienda
una media de litro y medio
o dos litros al día, aumentando
su consumo en verano.
·
No
se puede obligar a un niño a comer un tipo determinado de comida si los adultos
no la comen.
Hay que acompañar a los niños y
hacerles partícipes de todo el proceso, incluyendo la compra y
la elaboración.
· Por
último, mantener una dieta equilibrada, dando
importancia a un desayuno enriquecido con hidratos de liberación lenta.
Fuente:
Rafaela Torres Herrazo. (Especialista
en Nutrición y dietética). Madre de niña con TDH.
FAO. Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.